«Iki» significa «vida», en tanto «gai» puede traducirse como «valor» o también como “concha». Esta acepción de origen japonés proviene del período Heian (de 794 a 1185), cuando dicha cultura consideraba que las conchas eran elementos de gran valor. Japón no solo es uno de los países con mayor esperanza de vida: también bate récords en cuanto a las ganas y el sentido de vivir.

El concepto «ikigai» ganó fama tras la publicación de un libro con el mismo nombre en 2016, ‘Ikigai, los secretos de Japón para una vida larga y feliz’ de Héctor López y Francesc Mirano, que se convirtió en un fenómeno de ventas con más de 250.000 ejemplares vendidos y traducido a 38 idiomas. La historia del libro es simple: estos dos autores viajaron al pueblo de Okinawa, el lugar de Japón donde se concentra la mayor población de centenarios del mundo, con el objetivo de preguntar a todos a los ancianos qué era eso que les motivaba a seguir teniendo ganas de vivir. Lo más curioso es que todos respondían con una simple palabra: ikigai.

Para el japonés, el ikigai va más allá de la satisfacción personal, tiene mucho que ver con tu rol en la familia y en la sociedad. Más allá de la Pirámide de Maslow, que sitúa las necesidades básicas del ser humano en la base (alimentación, vivienda y sexo) y las necesidades de siguiente nivel (seguridad, familia y trabajo) en un escalón por encima, el ikigai se representa en forma de flor y se entiende como la satisfacción vital o el sentido de la vida. Habla de lo que amas, en lo que eres bueno, aquello con lo que te puedes ganar la vida y lo que necesita el mundo. En la unión de estos 4 elementos se encuentra el ikigai, tu razón de ser.